martes, 15 de septiembre de 2009

Fuego en el Gran Chaco

Ley 26.331 (Argentina)
ARTICULO 15
"Se prohíbe la quema a cielo abierto de los residuos derivados
de desmontes o aprovechamientos sostenibles de bosques nativos"


El fuego ha sido usado por los pueblos originarios del Gran Chaco desde tiempos inmemoriables.  Las historias de cacerías y guerras están teñidas de fuego en los extensos pastizales que encontraron los colonos ganaderos.  Hoy el fuego asociado a los desmontes es una de las amenazas más violentas dentro del proceso de neocolonización llevado adelante por los propulsores de los agronegocios.  La ley lo prohíbe, los nuevos propietarios lo usan sin discreción.
 
 
 
Entre los días 28 y 31 de agosto del 2009, la región semiárida del Gran Chaco, en Argentina, ardía.  Temperaturas elevadas para la época del año y un viento con ráfagas de hasta 60 km/h hicieron que el paisaje chaqueño mostrara su furia.  Tal vez, su enojo.  El chaco ardía en fuego.  No era fuego que caía del cielo, cual castigo divino; era fuego encendido por el hombre.  Literalmente, ardía.
 
 
 
Imagen MODIS-AQUA del día 29 de Agosto del 2009, 
aproximadamente a las 18 horas
 
Cientos de focos de incendio fueron detectados en la región del semiárido y el área pedemontana.  Los fuegos en los pastizales del Este no fueron tan intensos, en esta oportunidad, como los incendios de restos de desmontes provocados en el centro y Oeste.  Quienes entre el 27 y el 28 se frustraron buscando en el cielo "las dos lunas" tan anunciadas, las tuvieron las tardes del 29 al 31, con el sol ahogado por el humo al Oeste y la luna creciente al Este.  Columnas de humo de cientos de Km adornaron los cielos con su mensaje dantesco.  ¿De qué valen tantas negociaciones acerca de la emisiones de carbono y el calentamiento global, si cada uno de estos incendios emiten más dióxido de carbono que una ciudad chica con todos sus vehículos y actividades industriales?
  
  
 Incendio de totorales y bobadales en la zona de 
Lote 8 (Argentina) y El Galpón (Paraguay) 
(29-08-2009)
  
Identificamos algunos de los incendios como resultado de un mal manejo por parte de pobladores locales.  Las antiguas tradiciones para controlar los pastizales , totorales y bobadales aún perduran y se tornan en un desafío para las actividades de educación ambiental.   En el Oeste de Formosa dos frentes de fuego, uno de más de 20 Km de extensión y varios días encendido, y otro menor, pero no por ello poco intenso, pusieron en situación de riesgo a varias poblaciones y comunidades.
  
  
Incendios en Santiago del Estero y Chaco, Ruta Nacional 16 
(29-08-2009)
  
Sin embargo, la mayor parte de los incendios detectados mediante las señales del satélite MODIS, o vistos en el horizonte, se produjeron en zonas de desmontes recientes, en los cuales se dejó secar la madera en el piso y, aprovechando la sequedad del clima, se la quemó premeditadamente.  La irracional quema programada de toneladas de materia seca resultante de los desmontes se encuentra prohibida en nuestro país, a partir de la aplicación de la ley 26.331.  A pesar de ello los incendios prosiguen como algo natural e inevitable, como la única manera económica de deshacerse de los residuos del desmonte.  En forma de cordones de fuego, o simplemente el incendio de toneladas de árboles y ramas secas desparramadas como han quedado luego del paso de las topadoras, las quemazones asolaron al chaco durante más de tres días.
  
 
Incendios en la zona de Las Lomitas y Pozo del Tigre, Formosa 
(29-08-2009)
  Incendio en desmontes nuevos, 
entre Pozo del Tigre y Las Lomitas, 
desde la Ruta 81, en Formosa 
(28-08-2009)
  
 Incendio premeditado a 17 Km al Norte de Las Lomitas (Formosa).  
Obsérvese que el alambrado y costado del camino 
fueron limpiados preventivamente 
(30-08-2009)
  
¿Alguien controla?  Cada provincia tiene sus responsabilidades y sus deudas con el pueblo argentino.  Salta está en la mira de la Corte Suprema por los desmontes y su impacto sobre las poblaciones locales, indígenas y criollas; sin embargo, los desmontes siguen y el fuego avanza.  Formosa aún no ha sancionado su ley de ordenamiento del bosque nativo, como obliga la Ley 26.331.  Los desmontes siguen y el fuego consume la vida de sus habitantes.  Santiago del Estero tiene una larga trayectoria de destrucción, desde La Forestal hasta nuestros días.  El fuego del 28 al 31 es el corolario de un largo proceso de empobrecimiento.  En Chaco no se asocia el hambre y la muerte por desnutrición con el desarrollo de los grandes pool sojeros, con sus desmontes, sus fuegos y sus suelos volados por los vientos.
  
¿Alteración de la fauna? ¿Consecuencias respiratorias para los pobladores de las zonas incendiadas? ¿Riesgos de pérdidas humanas?  Temas para otra nota.
  
Si usted vive en Formosa y constata la presencia de fuego provocado premeditadamente, especialmente en casos de residuos de desmontes, llame al 105, teléfono de Emergencias Ambientales y haga la denuncia.  No hace falta que se identifique. 

lunes, 14 de septiembre de 2009

Erosión eólica, Pilcomayo y desmontes

El impacto de los desmontes relacionado con la erosión eólica pocas veces puede ser testimoniado globalmente. Fotos de nubes de polvo sobre un desmonte o atravesando un camino nos alertan de las transformaciones que pueden haber en los suelos de ese lugar con el paso de los años. La teledetección y el seguimiento sistemático de los resultados de la mirada continua de los satélites nos permite visualizar la gravedad de ciertas situaciones.

Imagen MODIS-TERRA, DEL 29 DE AGOSTO DEL 2009

La imagen que ilustra esta nota fue tomada por el satélite MODIS-TERRA, aproximadamente entre las 14 y 14:30 horas del día 29 de Agosto del 2009. Los días 29 y 30 fueron representativos en cuanto a la intensidad y perduración del viento norte que caracteriza al Gran Chaco. No se trató de un fenómeno excepcional, sino de algo que regularmente ocurre entre los meses de Agosto y Noviembre. La imagen es una instantánea de aproximadamente 30 minutos (duración de la pasada del satélite por la región). En ella se observan claramente las nubes de polvo del Pilcomayo y del Bermejo desplazándose hacia el Sur. Las mismas se originan en sus extensas playas formadas por el proceso de colmatación de sus cauces y extensión lateral de sus terrazas de inundación y barrancas. Podemos decir que este fenómeno es natural y formó parte de los procesos sedimentarios de formación del Gran Chaco. Junto con esto, observamos las nubes de polvo salidas de los desmontes con suelos desnudos o semidesnudos de toda la región. Deben distinguirse de las nubes de humo (por quemazones, tema para otra nota), más oscuras y siempre relacionadas con un foco de incendio (en rojo). La nubes de polvo de los desmontes sin cobertura alternativa arrastran suelos por kilómetros hacia el Sur. En toda la región observada se ha producido el fenómeno. Los desmontes en San Martín, Rivadavia Banda Sur, Anta y Metán (Salta), la zona sojera del Chaco, las regiones desmontadas de Santiago del Estero. Nadie estuvo exento de haber aportado a un proceso lento, pero profundo, de transformación de la región. ¿Cuántas toneladas de suelos transportados y depositados en otros lugares representan dos días de viento norte? ¿cuántas toneladas se mueven en el año? Los líderes de la soja y de la ganadería intensiva en el Gran Chaco reclaman a viva voz que quieren producir, oponiéndose acérrimamente a los tímidos intentos de control propuestos en los proyectos de Ordenamiento de los Bosques Nativos (en aplicación de la ley 26.331), ¿habrán calculado sus ingenieros los costos ambientales representados por el movimiento de suelos de varios días de viento norte durante varios años? ¿habrán calculado los costos que esto significa para su propia producción?. Las barreras paravientos obligatorias en algunas provincias, se degradan con cada pasada anual de herbicidas, hasta hacerse absolutamente ineficaces.

Barreras paravientos en la ruta 81, Dto. San Martín, Salta

La pretensión de mantener los suelos cubiertos todo el año es imposible, debido a las sequías que caracterizan a la región en cada período entre cosechas y siembras (aún en los mejores casos de manejo). La modalidad del uso del fuego para quemar los restos de los desmontes, prohibida hoy en nuestro país, pero totamente usual, como se ve en la misma imagen, degrada el suelo de tal manera que hace difícil su control frente a los vientos. ¿Calentamiento global?, ¿de qué hablamos, sólo de fábricas y automóviles? Un discurso que se va vaciando de significados con el paso de los años y con el descontrolado avance de los agronegocios en una región que no es propicia para transformarse en pampa a largo plazo. ¿quedará suelo para nuestros nietos?

miércoles, 9 de septiembre de 2009

Informe de identificación de cambios y criticidades después de la creciente del 2009


Introducción

La Fundación para la Gestión e Investigación Regional (FUNGIR), junto con pobladores indígenas y criollos y, en el último tiempo, en cooperación con las organizaciones ASOCIANA, FUNDAPAZ, Thaka Honhat, Organización de Familias Criollas y APROBAE, realiza, desde el año 2004, identificaciones anuales de los cambios habidos en la cuenca del río Pilcomayo y las criticidades que éstos representan para el desarrollo territorial y la gestión ambiental. El objetivo de las mismas es identificar y evaluar participativamente los cambios que provocan situaciones de riesgo y vulnerabilidad en los diferentes asentamientos existentes a lo largo de la cuenca; para prevenir, de un año a otro, la ocurrencia de situaciones catastróficas. Un segundo objetivo a largo plazo, es entender el comportamiento del río a fin de poder desarrollar, junto con los actores locales, herramientas estratégicas que favorezcan a una gestión integrada de la cuenca, para el desarrollo de planificaciones territoriales, desde la mirada e intereses de la población ribereña.
Para alcanzar estos objetivos, FUNGIR coordina un equipo de identificaciones y monitoreo, formado por pobladores locales, que constituyen una red de testigos de los cambios y un “motor” que promueve de la participación de la población. Esta red abarca desde el paralelo de 22 S (límite Norte entre Bolivia y Argentina, en Salta) hasta la ruta Nacional 95 (Formosa). Los aportes de la organización INSITO, de Paraguay, complementan la información necesaria para entender el funcionamiento hídrico y la relación de la población local con el río, a ambos lados de la frontera. En la tarea de identificar y evaluar se articulan metodologías de identificación de campo, mediante el registro de los conocimientos de la cuenca que tienen los pobladores locales, con la utilización de tecnología digital (GPS e imágenes fotográficas); los resultados de la teledetección (uso de imágenes satelitales en tiempo real y diferidas) y los datos aportados por los organismos encargados de los registros hidrometeorológicos (accesibles diariamente en la página de la Dirección Ejecutiva de la Comisión Trinacional para el Desarrollo de la Cuenca del Río Pilcomayo, http://www.pilcomayo.net) y topográficos (NASA: SRTM; IGM; estudios topográficos realizados por la Comisión Trinacional). De esta manera se conjugan las miradas horizontal (desde el terreno hacia el terreno) con intereses y conocimientos locales, vertical (desde el cielo hacia el terreno) con una perspectiva territorial más amplia y los datos hidrométricos y topográficos que dan significados numéricos al fenómeno observado.
En agosto, este equipo ha terminado de evaluar la situación del mismo desde su ingreso al territorio argentino, en el paralelo 22, hasta la ruta nacional 95. Se ha podido acceder a imágenes de los satélites LANDSAT, CBERS y MODIS de diversos momentos (antes, durante y después del período de creciente), que han permitido una interpretación más global del ciclo.

Equipo de relevamiento, análisis y sistematización

Salta

Rogelio Segundo, Víctor García, Leandro Díaz, Mario Moreno, Dante Albornoz, Marcos Castellanos.

Formosa

Elías Arias, Feliciano Centeno, Moisés Fernández, Isaac Palomo, Carlos Ortiz, Reyes Maldonado, Leónides Frías; grupo de jóvenes de Soledad, Bajo Hondo y Campo Alegre, Jorgelina Córdoba.

Sistematización de la información

Luis María de la Cruz, María Luna de la Cruz

Equipo de apoyo

José Canteros (Asociana), Álvaro Penza (Fundapaz), Enzo Romero (Fundapaz), Martín Cano (Fungir), Paula Menseguez (Fungir)

Características de la creciente del 2009

Esta creciente fue significativamente menor que la del año pasado y de los últimos cinco años anteriores. Los picos de caudal fueron bajos, no superándose los 1700 a 1800 m3/s en Villamontes y en Misión La Paz (donde están las únicas estaciones de aforo de la cuenca baja). Asimismo, el período de cada pico fue breve. Los volúmenes aportados, estimativamente, son muy inferiores a los de los años anteriores, con una notoria estabilidad en el caudal diario aportado. A pesar de esto, se han generado situaciones críticas de desbordes en varios puntos del trayecto, afectando o poniendo en riesgo a varias poblaciones indígenas y criollas.
De manera inusual, entre la localidad de Guadalcázar y la ruta 28, en el mes de mayo se produjeron precipitaciones anormales para la zona y la época, lloviendo en el bañado entre 250 y 400 mm en tres días, según la zona. Esto provocó un importante repunte de creciente que afectó desde Guadalcázar hasta la desembocadura de los riachos en el río Paraguay. Este fenómeno climático llevó a que sobre el vertedero de la ruta 28 el paso del agua supere las alturas de los picos del verano (en dos días subió de 0,40 m a 0,76 m, nivel no alcanzado, este año, en todo el período de creciente normal).

Características actuales del río y sistema de bañados

El río Pilcomayo entra en territorio argentino como un río de llanura y pocos Km después de su ingreso a Formosa es dividido artificialmente en dos canales, uno hacia Paraguay y otro hacia Argentina. El canal argentino mantiene las características de un río hasta aproximadamente 28 km. Luego forma un sistema de cauces dispersos y bañados. Las canalizaciones artificiales continúan dentro del bañado, con una extensión de 31 Km hasta La Tigra y luego 23 Km, hasta La Brea (frente a El Quebracho), para terminar 11 km más adelante en El Caracol. Estos canales incrementan la capacidad de transporte de agua y sedimentos de los cauces internos del bañado y define nuevas áreas anegables. En todo el trayecto el arrastre de sedimentos sólidos va dejando depósitos importantes que colmatan progresivamente los bajos que conforman el área de desplazamiento como bañado. A partir de la localidad de La Rinconada se observa una disminución notoria de este arrastre de materiales sólidos. En la misma área, y aguas abajo hasta la ruta 28, se observa un proceso acelerado de colmatación del bañado, por causa del desarrollo rápido de la vegetación palustre (especialmente totoras). Desde la ruta 28 hacia abajo, el funcionamiento tiende a ser normal, inundando las áreas corrientes y desagotándolas algunas semanas después del paso de la creciente. El efecto de la ruta 28 sobre los terrenos aguas abajo se refleja en un mayor tiempo de escurrimiento del agua, por la acción retentiva de la obra, que drena mediante el vertedero con más lentitud que una creciente sin obstáculos. Las consecuencias son la pérdida de pasturas y vegetación herbácea susceptible al exceso de agua por tiempo prolongado.
Por su parte, el canal paraguayo transportaba hasta hace dos años solamente agua en los períodos de picos prolongados. Los trabajos de mejoramiento del mismo han llevado a que, desde junio del 2008, transporte agua todo el año. La limpieza de cañadas aguas abajo ha favorecido el desplazamiento del agua ingresada hasta la zona de los bañados de General Díaz. A pesar de los pocos volúmenes de agua desplazados, este año se logró conectividad natural con el riacho Monte Lindo'i, y a través de éste, con el río Paraguay.

Resultados

A lo largo de todo su trayecto en forma de cauce y canales se ha identificado un elevamiento del lecho que se traduce en diferentes fenómenos, según cada tramo observado. El mismo fenómeno se observa también en el centro del bañado, provocando desde la localidad de Potrillo hasta la ruta 28, el desplazamiento del agua hacia el Sur y Norte del área central (hasta el año pasado, más baja)
En el sector comprendido entre La Puntana (ingreso al territorio argentino) y La Gracia (un poco aguas arriba de Misión La Paz – Pozo Hondo) se nota un ensanchamiento de las terrazas de inundación, las que ya prácticamente no presentan barrancas significativas. En casi todo este tramo las playas ahora son extensas y el cauce en bajante toma forma de red (pequeños cauces entrelazados). Frente a La Puntana el ancho es de más de 2.500 m. El año pasado (2008) este fue uno de los sectores que provocaron desbordes hacia Bolivia. Actualmente el curso del agua golpea sobre la costa boliviana, aumentando futuros riesgos de desbordes que podrían impactar sobre el camino que lleva de Ivybobo a Esmeralda. Actualmente este es un nuevo punto crítico de desbordes y potencial cambio de curso del río.
Frente a Monte Carmelo el ancho llega a 3.800 m, no presentando prácticamente barrancas del lado argentino, sino una extensa bajada hacia el curso del río, que se encuentra más o menos en la mitad de las playas.
Los ensanchamientos que se producen cada año provocan gran pérdida de los algarrobales de los albardones. Al caer las barrancas o al superarlas, los árboles son arrastrados por la corriente y van formando diques en las partes más angostas.
Un efecto importante de estos ensanchamientos es el desarrollo de la erosión eólica en las terrazas desnudas de vegetación. La predominancia de fuertes vientos del Norte en el período seco, provoca voladuras de suelos no controlables en toda la sección ensanchada. La constatación de este fenómeno, tanto en terreno como a través de los sistemas de teledetección, da indicios del impacto del mismo en la formación de los suelos chaqueños, complementariamente a los procesos aluvionales que corrientemente registramos mediante las identificaciones de cambios en la cuenca.
A pesar de este ensanchamiento del área de desplazamiento y de los picos reducidos, se produjeron desbordes importantes aguas abajo de Santa María, cortando la ruta 54 en varios lugares en un tramo de casi 10 Km y dejando incomunicada a Santa Victoria por algunos días. Las obras para mitigar los efectos de las inundaciones realizadas por la provincia de Salta (badenes de cemento) no tuvieron los resultados que se esperaban. El agua desbordada avanzó por el monte, por las zonas de bajos y cañadas que regularmente ocupa en el estío durante los últimos años. Debido al poco volumen desplazado, no llegó a Alto de la Sierra, como el año pasado.
Con la bajante, el cauce de la curva de Santa María se rectificó, cortando el meandro y acelerando el desplazamiento del agua hacia la curva siguiente. Esto aumenta la vulnerabilidad de Santa Victoria y los parajes aledaños, pues en caso de desbordar en la siguiente curva el año próximo, durante el estiaje, el impacto será mucho más violento. Todo ese sector debe considerarselo zona de riesgo, alertando a la población establecida.
En la zona de San Luis, frente al punto trifinio Esmeralda, el ensanchamiento del área de inundación en creciente avanzó de manera amenazante sobre la comunidad wichi y el puesto criollo vecino. Se formó una “bolsa” que puede derivar en próximas crecientes en curva pronunciada, aumentando la vulnerabilidad de la zona poblada.
Entre La Gracia y Misión La Paz desde hace más de diez años se viene produciendo un fenómeno de expansión del área inundable en creciente. Se conforma un gran remanso de casi 5 Km de ancho, dentro del cual la corriente de agua va abriendo cauces. El cauce central este año se desplazó hacia el sur, abriendo un lecho profundo contra las barrancas aguas arriba de Misión La Paz, en un área que hasta el momento sólo se inundaba por desbordes del lecho principal. El meandro así formado es el único activo en la bajante, amenazando directamente los establecimientos de Migraciones y Gendarmería Nacional de Misión La Paz, así como las comunidades de Km 1 y 2, y el mismo poblado de Misión La Paz. Durante la creciente, en el primer pico, se produjo un desborde de importancia en esta curva, obligando a la comunidad chorote de Katés (La Estrella) a abandonar el sitio y relocalizarse en un lugar más seguro, fuera de la zona de inundación. La ruta que comunica Santa Victoria con Misión La Paz quedó interrumpida en un sector de más de 2 Km, aislando a esta última localidad por varios días. Tampoco las obras de mitigación de las inundaciones realizadas por el gobierno provincial fueron efectivas. Entre otros impactos, la corriente derribó la torre de la vagoneta de aforos de la Estación de Aforo y puso en riesgo el resto de las instalaciones. El agua desplazada por el desborde avanzó por el monte, ocupando las regiones bajas y cañadas, pero sin mayores impactos, debido al poco volumen existente. Por el sistema de cañadas llegó hasta la zona de María Cristina con muy poco impacto.
El puente de Misión La Paz actúa, desde su construcción en 1996, como formador de diques con los troncos y ramas que son arrastrados por el río en su curso superior a esta zona. Los árboles arrastrados de las barrancas y albardones inundados, llegan hasta el puente y los pilares detienen su paso, formando grandes endicamientos. A pesar de que cada año se retira la madera, es notoria la elevación del lecho en el puente mismo, ya que las maderas enterradas con sedimentos no son retiradas. La formación del dique en tiempos de creciente ha afectado la dinámica de los meandros aguas arriba, y probablemente es una de las causas de la formación de la curva que hoy amenaza a la población. Las medidas correctivas planificadas (una defensa de 1500 m costeando la curva actual) sólo son paliativos de dudosa efectividad, ante la experiencia ya tenida con defensivos de este tipo en la curva de Santa María y de la Bajada. Las mismas fueron superadas o bordeadas en las crecientes de intensidad media. Incluso es probable que hayan contribuido en esas curvas a la elevación del lecho por acumulación contra ellas de sedimentos gruesos, troncos y ramas. De alguna manera, podríamos decir que con estas medidas se ataca a la manifestación de la enfermedad, y no a la enfermedad misma.
En el tramo comprendido entre 500 m antes del puente de Misión La Paza y los siguientes 2.000 m, el cauce se mantiene con barrancas, aunque es notoria la elevación del mismo. La curva de salida se modificó y esto provocó la inundación de la comunidad de La Bolsa, que tuvo que trasladarse a un sitio más alto, acercándose a Misión La Paz.
Frente a Pedro P. Peña se produjo un cambio importante en la forma del meandro, dejando al antiguo asentamiento militar lejos de la costa. Entre esta localidad y la zona de los canales (“La Embocadura”) en diferentes partes hubo desbordes por exceso sobre las barrancas, pero con poco impacto sobre el territorio y la población, ya que los caudales y volúmenes desplazados fueron bajos en casi todo el período. Se hicieron notorios los cambios en los meandros, con el corte natural de algunos de ellos, acelerando el paso del agua. De particular importancia es el corte de meandro de la curva anterior a la embocadura, pues los desbordes del mismo conducían agua hacia el canal paraguayo en los años anteriores.
La embocadura del canal paraguayo funcionó durante todo el período de creciente y, actualmente con la bajante, está en plena actividad. Hace tres años atrás el pelo de agua del río estaba tres metros por debajo del lecho del canal paraguayo. Actualmente se encuentran al mismo nivel, lo que demuestra la elevación significativa del cauce principal. Durante la bajante, en el mes de Julio, se observó que grandes cardúmenes de peces migratorios (especialmente sábalo y dorado) subían el río por el canal y no por el cauce principal, en donde sobreabundan las dos especies de piraña del Pilcomayo. Durante los meses de invierno hay equipos de excavación paraguayos manteniendo el canal en su primer tramo y adecuando la boca a la actual forma de la curva del río. Actualmente (agosto 2009) parece que el ingreso a Paraguay es mayor o por lo menos igual que el caudal hacia Argentina. El cauce que lleva agua a este segundo país se presenta con muchas islas de sedimentos y poca velocidad; en tanto que hacia el primero el agua corre canalizada con mayor velocidad.
Durante la creciente del 2009 no hubo desbordes en el Canal Briales, que conduce el agua entre el canal Farías (ingreso a Argentina) y la zona de bañados entre Sol de Mayo y Potrillo. Durante los picos, el agua que ingresó por el monte y cañadas desde Misión La Paz, entró en el Canal Aguará, no desbordándolo, sino conduciéndola por su lecho hacia su comunicación natural con la desembocadura del Briales. A la altura de Sol de Mayo los depósitos de sedimentos arrastrados por el Briales han elevado las terrazas de manera significativa. El agua se dispersa en pequeños cauces de poco caudal, que favorece la deposición del material arrastrado y el taponamiento progresivo del sistema hídrico. Al reconectarse con el canal de Pampa y luego las canalizaciones en la Cañada del Surubí, nuevamente se observó que no hubo desbordes. Este fenómeno nos indica que los caudales transportados por el sistema de canales no pudo superar los 600 m3/s, máxima capacidad, de acuerdo a los perfiles hechos por la Comisión Trinacional en el 2006. Estos caudales son lo único que ingresó en el sistema de Pozo González-La Tigra (área de Potrillo). A pesar de los reducidos volúmenes, el sector presentó serias criticidades. El agua desbordó hacia El Tronquito 2, dejando bajo el agua al pozo petrolero Plus Petrol EPO X-1. Hubo desbordes que llegaron hasta la Picada del Reventado (frente a Potrillo) por el monte, desde Pocito (frente a Tronquito 2). La picada del Reventado se transformó en un cauce que llevó gran parte del agua de la zona del Reventado hacia la defensa de Potrillo. Bordeándola, el agua prosiguió hasta la apertura que hizo Vialidad Provincial en el 2008, para conectar la defensa de Potrillo con la zona de obras para los canales de Quebracho. En el mismo Reventado se observó una acumulación importante de sedimentos, elevando significativamente la altura del fondo del cauce. Hubo desbordes hacia el Norte, Noroeste y Noreste. Hacia el Noroeste llegó hasta el paraje La Oveja, cerca de zonas muy elevadas durante las crecientes de 1984 a 1986. Esto nos da una pauta del nivel de colmatación del sistema frente al Reventado. Hacia el Noreste, superó los albardones y zonas altas, e ingresó por un sistema de cañadas abandonado luego de las crecientes de 1991. A la altura de La Tigra, el cauce se colmató totalmente, desviándose el agua hacia el Sur, por picadas y limpiezas hechas para conectar esta zona con los canales de Quebracho. Los dos pozos petroleros quedaron bajo el agua totalmente. Uno de ellos se encontraba en julio, bajo poco menos de dos metros de sedimentos. El otro, bajo el agua que aún circulaba por la zona. Es notoria la tendencia del agua de abandonar la parte central del bañado, buscando nuevas zonas bajas a ambos lados (Norte y Sur). La parte central, cubierta mayormente por palos bobo y sauces, van formando nuevos montes, elevaciones de terreno y pastizales en donde el palo bobo se ha secado y fue quemado por acción antrópica.
Saliendo de esta zona, el agua que se desbordó hacia el Sur entró en el sistema de canales hecho el año pasado. Estos canales llevan el agua a las cercanías de Quebracho, poniendo a riesgo el emplazamiento poblacional. Sólo hubo desbordes en la parte más baja que comunica el sistema de bajos actualmente anegados con el sistema de la cañada de Quebracho. En uno de los picos el agua rompió la defensa provisoria que se hizo para contener la creciente del 2008; anegando el paraje El Alagarrobo. La acción rápida de las autoridades provinciales y merced a la disminución de los caudales, se logró contener el desborde, evitándose que se inunde El Quebracho. Los caudales que llegan a esa zona no superan los 400 m3/s en el momento del pico, ya que el sistema no tiene capacidad para transportar más que eso y en la zona de Reventado gran parte del agua se desbordó hacia el Norte, como ya mencionamos. Frente al Quebracho, en La Brea, no se hicieron canales, lo cual provocó un importante freno en donde quedaron muchos sedimentos, elevando nuevamente las terrazas de inundación. El cauce del Patillo recibió el agua con muchos sedimentos gruesos arrastrados por el sistema de canales. Se elevó el fondo de su lecho y llevó agua con muchos sedimentos hacia el sistema de bañados de La Esquina y Campo Alegre. Los cauces que conectan ambos bañados (en la zona de El Churcal – Mistolar, elevaron significativamente su lecho. El primer cauce, cerca de Churcal, aumentó su caudal, poniendo a riesgo las poblaciones tobas asentadas al Sur y provocando mayores desbordes hacia el monte (Pozo Ramón-Chivilar). El cauce del medio redujo el caudal, por colmataciones, y el del Norte, cercano a Mistolar mostró cambios importantes debido a la acumulación de sedimentos en su lecho. El sector de las lagunas Padiotolé laet, Pagaelachéliq y Campo Alegre tuvo importantes cambios, debido a su progresiva colmatación y la elevación de sus terrazas de inundación. La primera de las lagunas se encuentra con sedimentos sueltos (barro en el fondo) de hasta 50 cm. Todos los canales que había en la zona están colmatados y, para principios de Septiembre, ya no tienen agua. Hay un desarrollo importante de totorale sy plantas flotantes que aumentan el volúmen de los sedimentos. La parte central d ella laguna se halla infestada de yacarés. De acuerdo a las apreciaciones de la gente del lugar, esto significa que pronto se terminará de secar y enlamar. Es el único lugar en donde se encuentra agua y los animales tiene alimento. El agua amenazó más que otros años a la localidad de La Rinconada, a pesar de los pocos caudales. Se formaron nuevos cauces por erosión de picadas petroleras, dirigiendo el agua con fuerza hacia el Este de dicha localidad. El cauce de Quebrachito está muy colmatado. En Septiembre ya no corría agua y se estima que pronto se secará. Uno de los cauces formados por las picadas petroleras es el que presenta mayor actividad, dirigiendo el agua hacia La Rinconada. El cauce de La Yunta Muerta, en las cercanías del Solitario, se extendió hacia el Norte, formando una caída del agua desde la laguna de Pagaelachéliq. Se observa que se van formando dos bañados nuevos, uno al Suroeste del bañado y otro al Noreste, dejando la parte central seca. Los nuevos cauces se forman siguiendo estos dos sectores nuevos de inundación. El antiguo bañado actualmente se encuentra más alto que las áreas laterales mencionadas.
Aguas abajo de este bañado, comienzan los bañados de Lecherón y Porongo. Aparentemente los sedimentos gruesos terminan de depositarse frente a La Rinconada, después de los cauces referidos. A partir de ahí una formación de extensos totorales cubre el suelo bañado, prácticamente sin cauces definidos. Hacia el Norte, cerca de Río Muerto, se están formando algunos cauces nuevos, erosionando viejos caminos y sendas de animales. Desde esta región, el agua avanza hacia el Sur y Norte del bañado conocido hasta ahora, anegando la zona central sólo donde hay cauces profundos y en los picos de creciente. Se da acá el mismo fenómeno que frente a Potrillo, en donde la parte central del bañado se ha elevado, en este caso por el desarrollo de la vegetación palustre, y el agua se extiende hacia el Norte y Sur, desarrollando nuevas planicies de inundación, según la topografía de cada zona. Los grandes totorales centrales se van tornando, poco a poco, en nuevas zonas de pasturas para el ganado de los pobladores criollos de la región.
A partir de este sector, el resto del bañado, hasta la Ruta 28, se abre en dos, un flujo de agua corre por el Norte y otro por el Sur, dejando la parte central del viejo bañado, prácticamente seca, pues se halla más elevada que el resto del terreno. Este nuevo comportamiento pone en riesgo a la ruta 86, al norte. Desde el año pasado ya presenta cortes importantes Cerca de Salazar, frente a Guadalcázar, entre Mistolar y Tres Paces, entre Buena Vista y El Carmen (Chañar Bayo) y entre este último paraje y Puerto Irigoyen, en dos partes.
El cauce del Cañón (El Palo Santo) y el del Escondido mantenían agua hasta principios de septiembre.
Frente a la Ruta 28 se observa que el agua se distribuye de la misma manera que aguas arriba, hacia el Norte y hacia el Sur. El Río del Norte está lleno de borde a borde frente a Salazar, con un importante desborde que llega hasta el comienzo del pueblo (a 200 de la plaza), desde aguas arriba. El vertedero de la ruta 28, a mediados de agosto, indicaba, en su parte más baja (500 m de longitud) 10 cm de altura del agua sobre el pavimento; en su parte más alta estaba seco, pero frente a los canales internos limpiados hace dos años, corría agua (laminar) en una extensión de más de 100 m. Esto nos da el indicio de que el bañado presenta mayor altura hacia el Norte del Vertedero, habiendo en el centro una gran isla de vegetación sobre suelo firme (totorales).
Si bien este año la creciente fue de pocos caudales, a mediados de Mayo se produjeron entre Guadalcázar y la Ruta 28 lluvias cuyos registros pluviométricos oscilaron entre 250 y 400 mm en tres días. Este fenómeno llevó a una creciente local muy grande, elevándose la altura del vertedero de 40 cm a 76 cm. Las consecuencias se sintieron aguas abajo del vertedero, pues las zonas de pasturas demoraron mucho más en desagotarse, afectando a la producción de los ganaderos criollos localizados entre la Ruta 28 y la Ruta 24. Los pobladores y quienes estamos observando el proceso de obras sobre el Pilcomayo nos preguntamos ¿qué ocurrirá si se producen precipitaciones de este orden durante la creciente normal?

martes, 8 de septiembre de 2009

Cambios críticos en Misión La Paz (Salta)

La sección de Misión La Paz es la más estable, históricamente, de todo el curso del río Pilcomayo. A principios de la década del '70 se realizaron estudios de suelos para la construcción de un puente internacional que uniera Tartagal (Argentina) con Filadelfia (en Paraguay). El proyecto se vio concretado recién en 1996, en el marco del desarrollo futuro del corredor bioceánico Capricornio (IIRSA). Más allá de los conflictos sociales que desató con las comunidades indígenas del lote fiscal 55 de Salta, la presencia de un puente con pilotes sobre el lecho, no podía pasar sin consecuencias. La instalación está provocando un cambio fluviomorfológico profundo. De ser un área de alta estabilidad, a trece años de la construcción, se ha transformado en el punto crítico más sobresaliente dentro de los escenarios de futuro de la cuenca. La posibilidad de que, a partir de las nuevas formaciones de meandros aguas arriba del puente, se produzcan las principales avulsiones (desbordes) y formación de bañados definitivos, no es una realidad lejana. El puente, en el período estival, actúa como un dique que modifica el comportamiento del río aguas arriba de formas impredecibles. Este fenómeno se acentúa con la retención de ramas, árboles y lodo en los cinco pilares que se encuentran en el centro de su lecho.

Foto gentileza Ing. Mabel Amarilla

Si bien cada año se realiza una limpieza superficial, la acumulación de madera enterrada y tierra en el lecho, lo ha elevado significativamente, poniendo en riesgo a Misión La Paz y Pozo Hondo. Por otra parte, las limpiezas se realizan en tiempos de bajante, cuando la fuerza del río lo permite. La acción de dique, sin embargo, ocurre en las crecientes, época en que se producen las modificaciones de la morfología del río y los desbordes.

El cauce aguas arriba del puente ha variado sustancialmente, acentuando la formación de meandros en un sector en donde históricamente no había. Desde el año 2002 se comenzó a formar una acentuada curva que en el presente amenaza directamente a Misión La Paz. Desde el año 2006 se produjeron importantes desbordes recurrentes y en la creciente del 2009 la comunidad de La Estrella (Kates) se inundó totalmente, teniendo que relocalizarse en un lugar más resguardado. Luego de la creciente se constató que el actual cauce activo del río pasa por el medio del sitio de la comunidad.

Foto gentileza Irma Penner (equipo relevamiento Pilcomayo de INSITO). En la misma se observa en medio del cauce del Pilcomayo, el pozo de agua que estaba en el centro de la comunidad de Kates

Las aguas de desborde entran por un sistema complejo de bajos y cañadas que llega hasta el actual emplazamiento de las comunidades de Santa Teresa, María Cristina, Campo del Hacha, San Miguel, Desmontes y Solari, en Formosa, acumulándose frente al canal del Aguará, para luego desplazarse hacia la localidad de Lote 8. El proceso de cambios en el meandro inmediato aguas arriba de Misión La Paz, aumenta la vulnerabilidad de toda esta región ante los desbordes estacionales, poniendo en riesgo a su población e infraestructuras.

Sistema de drenajes identificado por Elías Arias (equipo de relevamientos Pilcomayo, FUNGIR) en Diciembre el año 2004. Lo que en ese momento se denominó "Sistema secundario" (amarillo) hoy se transformó en el Sistema Principal de drenajes


La secuencia de imágenes satelitales que sigue muestran la evolución de este sector, evidenciándose la alta criticidad en la que se encuentra. La primera es una imagen del Satélite LANDSAT MSS2, en celeste se ve el agua del río. Las restantes son imágenes del satélite LANDSAT TM5, cuyas bandas fueron combinadas para facilitar su visualización, de modo tal que el agua del río (con sedimentos en suspensión) se ve en rojo (RGB = 357).


Imagen LANDSAT MSS2 del 29 de Julio de 1977,
tomada como testigo de referencia








Imagen LANDSAT TM5 del 15 de Agosto de 1987,
tomada como testigo de referencia.


Imagen LANDSAT TM5 del 23 de Agosto de 1996, año en el que se colocaron los pilares del puente de Misión La Paz.

En las tres imágenes anteriores, puede observarse que el ingreso al sector de Misión La Paz no se modificó significativamente desde 1977, a pesar de que los pilares ya estaban actuando como dique en 1996.


Imagen LANDSAT TM5 del 3 de Octubre del 2005, en donde ya se observa nítidamente la formación del meandro que destruirá en el 2009 a la comunidad de Kates


Imagen LANDSAT TM5 del 27 de Agosto del 2009, se observa el meandro pronunciado sobre Kates (inundada), amenazando directamente a la población de Misión La Paz y a las instalaciones burocráticas del paso internacional (Migraciones, Aduana y Gendarmería Nacional).

De esta sucesión de imágenes se puede prever que el futuro del sistema fluvial aguas abajo de Misión La Paz es incierto y que esta localidad se encuentra, al presente, en un alto nivel de riesgo frente al próximo período estival.